“Una vez que él me dio un beso, mi corazón se desaceleró, y cada músculo de mi cuerpo se relajó. Lo mucho que lo necesitaba me aterrorizó.
No podía imaginarme que el amor sea así para todo el mundo, o las mujeres andarían caminando por ahí como locos al segundo de que tuvieran la edad suficiente para notar a las chicos.
Tal vez era sólo yo. Tal vez éramos sólo él y yo. Tal vez juntos éramos esta entidad volátil que puede bien explotar o fundirnos juntos. De cualquier manera, parecía que desde el momento en que lo conocí, mi vida se había puesto al revés. Y yo no quería que fuera de otra manera.”
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